domingo, 23 de agosto de 2009

¿CÓMO COMIENZA LA INFIDELIDAD?

Largas jornadas laborales, gente con las mismas afinidades, almuerzos en la empresa que hacen conocer más los gustos del otro, viajes de negocios o capacitación que terminan en grandes amistades, atracción, deseo y la infidelidad misma.

Lo que ha estado haciendo el hombre durante años es ahora de lo que se la acusa a la mujer. Sin embargo existen grandes diferencias para que las personas busquen mantener una relación amorosa extra-conyugal. Por ejemplo, si un hombre decide tener una aventura con alguna dama, lo suele hacer sólo por el sexo, por puro placer o como forma de mantener su propia hombría. En cambio, los motivos de la mujer va-rían desde un acto ocasional por simple curiosidad, hasta el deseo de experimentar cosas nuevas, una oportunidad para una venganza, por el desgaste de la relación estable o por un nuevo amor que la ha encantado demasiado.

¿La persona infiel es la única culpable?
Los especialistas aseguran que la infidelidad no sucede espontáneamente, siempre hay motivos que la provocan, como intentar satisfacer las carencias de la relación por cuestiones sexuales, emocionales o intelectuales.
Algunas de las razones más frecuentes suelen ser:
1. La desvalorización. Si la pareja comienza a abandonarse y a la vez nos relacionamos con personas diferentes, es probable que elijamos inconscientemente a alguien como nuevo compañero/a.
2. La monotonía. Una pareja inmersa en la rutina y en el aburrimiento se puede terminar a causa de un encuentro con un tercero/a que llegue y nos encante con el misterio, gracia y riesgo que necesita la relación.

El hombre puede mantener una relación de infidelidad duradera con una persona con la que no tiene nada en común, mientras que la mujer infiel suele buscar a alguien compatible con ella, con gustos e inquietudes similares, y con la que pueda compartir algo más que sexo.

3. La vida sexual insuficiente. Si a pesar de existir un gran amor, en el lecho no se encuentra la contrapartida, surgirán los deseos de relaciones sexuales con otra persona.
4. Idealización de la pareja. Hay quienes llevan a cabo todas sus fantasías sexuales con un amante y no con su pareja por sentir pudor o sostener el concepto de 'decente'.
5. Sentimos amenazada nuestra libertad. Cuando la pareja se encuentra asfixiada o existe miedo de perder la independencia se intenta liberar cometiendo actos de infidelidad.
6. Alarde de poder. Por haber obtenido poder, dinero y una posición social, hay quienes sienten que se han ganado el derecho a tener un mayor potencial sexual con el sexo opuesto.

Cuestión de hormonas
La antropóloga Helen Fisher, descubrió que una de las áreas donde se produce el amor es el núcleo caudato, siendo allí donde se hallan los estímulos y las motivaciones. Otra área involucrada es la tegmental ventral, donde se produce la dopamina, un neurotransmisor que en las personas enamoradas sube sus niveles ayudando a que un ser humano sencillamente tenga "ganas" de hacer cosas.
Otra aliada es la serotonina. Ésta favorece el encuentro sexual y determina los estados de ánimos, el apetito y el sueño. Esta glándula, se activa por la noche y va disminuyendo hacia el amanecer, es por ello muy común en el hombre el despertar con una erección. Su falta en el organismo es parte de la incapacidad para el disfrute. Una solución podría ser una barrita de chocolate ya que estimula su creación. Otros alimentos para aumentar su presencia son las carnes, pescados, lácteos, pan, papa, almendras y, mejor aún, las bananas. Todo ello, sumado a las bajas temperaturas, ayuda a producir esta hormona.

Las pistas de los infieles

Hombres
1. Se vuelve agresivo verbalmente o demasiado cariñoso para evitar sospechas.
2. Aparecen celos excesivos producto de las sospechas, "si yo soy infiel ella también".
3. Comienza a llegar tarde a casa argumentando exceso de trabajo.
4. Se preocupa demasiado por su apariencia física o cambia radicalmente en su forma de vestir.
5. Las mentiras y las excusas: se contradice en lo que dice u "olvida" con frecuencia una cita.
Mujeres
1. Se preocupa en exceso por mantener esa apariencia impecable que había olvidado.
2. Las cenas que antes preparaba con detalle se vuelven cada vez menos frecuentes.
3. Se rehúsa a tener relaciones íntimas argumentando siempre cansancio o malestar y se vuelve una persona silenciosa, ya no dialoga tanto como antes.
4. Llega tarde o planea citas o salidas con amigas que hace tiempo no veía y llega a la casa con prendas o regalos y a veces los esconde para evitar sospechas.
5. Se muestra nerviosa cuando suena el teléfono o cuelga diciendo que no era nadie.

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