Parece que el estrés, la crisis económica y los problemas cotidianos no han influido en la vida sexual de los chilenos. Así es, ya que un Estudio de la Universidad Central revela que chilenos mantienen relaciones sexuales en promedio 3 veces por semana (lo cual es considerado normal para los expertos).
Además, el sondeo reveló que la mitad de los encuestados está satisfecho con su vida sexual. El 80% dice que su vida sexual se ha mantenido igual tras la crisis económica y sólo un 25% de las parejas se ven afectadas en lo sexual por el frío del invierno.
En la encuesta realizada por e Centro de Estudios Sociales y Opinión Pública de la Universidad Central se preguntó a personas de la Región Metropolitana por la frecuencia con que mantenían relaciones sexuales y el promedio obtenido fue de 11.5 al mes (dos o tres veces a la semana), cifra que no difiere significativamente con la que arrojan estudios de otras latitudes. Además, el 53% se manifestó satisfecho con la frecuencia con que mantienen relaciones sexuales con su pareja.
Edmundo Campusano, director de la Escuela de Psicología de la U. Central explica que “las personas más jóvenes, pero con una tendencia al crecimiento en otros segmentos etáreos, perciben de modo más abierto y natural la vida sexual, superando las prohibiciones propias de una cultura que ha sido tradicionalmente represiva en este aspecto, particularmente con las mujeres, observándose una mayor valoración del goce y placer en el bienestar de la gente. En otra época, las personas se hubieran declarado satisfechas con frecuencias inferiores a las señaladas en el estudio”.
Cuando se les preguntó si el frío invernal disminuye el apetito sexual, el 66% declaró que no y un 25% que sí, siendo más afectadas las mujeres por este factor. Tampoco opera como variable inhibidora la crisis económica, dado que el 80.3% sostiene que su vida sexual se ha mantenido igual.
El psicólogo de la Universidad Central sostiene que “estos resultados se explican por qué la gente ha incorporado aspectos emocionales al núcleo de su satisfacción vital. Lo que le confiere sentido a la vida no está puesto sólo en el dinero y el confort material, sino también en el bienestar personal, con lo cual la sexualidad ha adquirido una significación central, que antes no tenía”.
La vida sexual se ha convertido en un aspecto central del bienestar de los seres humanos, tanto así que la Encuesta Nacional de Salud y Calidad de Vida, realizada por el Ministerio de Salud, considera la Vida de Pareja y la Vida Sexual como dos de los once factores fundamentales en la calidad de vida de la población.
Así, es del caso señalar que además del bienestar general al que contribuye una vida sexual placentera, “la sexualidad también fomenta de manera significativa la construcción de la identidad personal, es decir, de sentirse válido, con capacidad de ser persona, de amar y ser amado, con el respetar y respetarse a uno mismo. En este sentido, el estar satisfecho con la vida sexual que se lleva permite, de algún modo, evaluar que la vida que tiene es más bien agradable, con sentido; y no triste y dolorosa”, concluye el académico de la U. Central.
Además, el sondeo reveló que la mitad de los encuestados está satisfecho con su vida sexual. El 80% dice que su vida sexual se ha mantenido igual tras la crisis económica y sólo un 25% de las parejas se ven afectadas en lo sexual por el frío del invierno.
En la encuesta realizada por e Centro de Estudios Sociales y Opinión Pública de la Universidad Central se preguntó a personas de la Región Metropolitana por la frecuencia con que mantenían relaciones sexuales y el promedio obtenido fue de 11.5 al mes (dos o tres veces a la semana), cifra que no difiere significativamente con la que arrojan estudios de otras latitudes. Además, el 53% se manifestó satisfecho con la frecuencia con que mantienen relaciones sexuales con su pareja.
Edmundo Campusano, director de la Escuela de Psicología de la U. Central explica que “las personas más jóvenes, pero con una tendencia al crecimiento en otros segmentos etáreos, perciben de modo más abierto y natural la vida sexual, superando las prohibiciones propias de una cultura que ha sido tradicionalmente represiva en este aspecto, particularmente con las mujeres, observándose una mayor valoración del goce y placer en el bienestar de la gente. En otra época, las personas se hubieran declarado satisfechas con frecuencias inferiores a las señaladas en el estudio”.
Cuando se les preguntó si el frío invernal disminuye el apetito sexual, el 66% declaró que no y un 25% que sí, siendo más afectadas las mujeres por este factor. Tampoco opera como variable inhibidora la crisis económica, dado que el 80.3% sostiene que su vida sexual se ha mantenido igual.
El psicólogo de la Universidad Central sostiene que “estos resultados se explican por qué la gente ha incorporado aspectos emocionales al núcleo de su satisfacción vital. Lo que le confiere sentido a la vida no está puesto sólo en el dinero y el confort material, sino también en el bienestar personal, con lo cual la sexualidad ha adquirido una significación central, que antes no tenía”.
La vida sexual se ha convertido en un aspecto central del bienestar de los seres humanos, tanto así que la Encuesta Nacional de Salud y Calidad de Vida, realizada por el Ministerio de Salud, considera la Vida de Pareja y la Vida Sexual como dos de los once factores fundamentales en la calidad de vida de la población.
Así, es del caso señalar que además del bienestar general al que contribuye una vida sexual placentera, “la sexualidad también fomenta de manera significativa la construcción de la identidad personal, es decir, de sentirse válido, con capacidad de ser persona, de amar y ser amado, con el respetar y respetarse a uno mismo. En este sentido, el estar satisfecho con la vida sexual que se lleva permite, de algún modo, evaluar que la vida que tiene es más bien agradable, con sentido; y no triste y dolorosa”, concluye el académico de la U. Central.
No hay comentarios:
Publicar un comentario